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Herrar a un clydesdale puede ser una tarea muy cansada para un herrero. Las herraduras no sólo son extremadamente grandes, sino que pueden pesar más de 2,5 kg. Con ello tienen cuatro o cinco veces más peso en hierro que los de sangre caliente o los pura sangre. A pesar de que los clyesdales son más bien voluminosos y sobre todo muy pesados, sus movimientos son muy elegantes. Son famosos por poder levantar sus patas blancas con mucho ímpetu y muy alto. Por eso no sólo se usan como animal de tiro, sino que también se ven en espectáculos y desfiles.